Reseña de exposición
Recorridos habituales. Iphoneografías de Ricardo Gómez Pérez
Recorridos habituales. Iphoneografías de Ricardo Gómez Pérez
Beatriz
Gil Galería
Ricardo
Gómez Pérez (Caracas, 1952) es un fotógrafo de amplia trayectoria. Como su
formación tuvo lugar casi exclusivamente en Europa, sus trabajos se han
mostrado principalmente en el viejo continente, con algunas exposiciones en
Canadá, Perú y Venezuela. Por esta razón la exposición de su obra reciente fue
una excelente oportunidad para reencontrarlo y re-conocer la potencia de su
mirada, profundamente conocedora del poder revelador de la imagen fotográfica.
En esta
oportunidad Gómez Pérez nos sorprende con un conjunto de fotos captadas
haciendo uso de la cámara de su teléfono celular. Esta decisión de alejarse del
aparataje profesional del fotógrafo experto es, en cierto modo, un
reconocimiento de la popularización de la práctica fotográfica y de sus
posibilidades, llegadas con la democratización de las nuevas tecnologías.
Lo
interesante de la mirada de Gómez Pérez es que logra hacer de sus «recorridos
habituales» por la ciudad, un registro de rincones, objetos y espacios
inusitados. El artista convierte el abigarramiento citadino en imagen poética,
gracias a la alquimia de su mirar, que no es otra cosa que la transformación de
lo que capta en lo exterior en una imagen que expresa algo recóndito de sí
mismo. En las fotos de Gómez Pérez el desecho visual potenciado por la dinámica
consumista de la urbe, es vivificado; entonces surge el arte y, ¿por qué no
decirlo?, la belleza, como flores en la basura, como vida y singularidad dentro
del caos y la precariedad amenazante, en una ciudad que, como Caracas, vive al
borde del abismo de la sinrazón.
La
exposición contó con la curaduría de Ruth Auerbach y estuvo estructurada en
tres series: Botánica, Objetos y Urbe.
La
serie Botánica indaga, en cierto modo, en las imágenes vegetales de la ciudad.
En este sentido, se aleja de lo bucólico y va a lo vegetal remanente: las
flores secas que caen en la acera o se marchitan en una maceta pública, los
desechos de bulbos que nos encontramos al caminar, espigas rotas que nos
invitan a dibujar con sus líneas. Como bien lo señala Auerbach, hay algo de
Karl Blossfeldt y Joan Foncuberta en este acercamiento puro y directo al
vegetal como objeto, pero en Gómez Pérez persiste una mirada acuciosamente
esteticista y doliente, que busca extraer la belleza escondida tras esta
especie de muerte simbólica de la naturaleza. Una flor que fue hermosa y está
marchita muestra su vetusta y olvidada belleza frente a un muro anodino, el
centro radial de una palmera, un bulbo deslucido sobre el pavimento, una flor
que se deshoja, son varias de las imágenes tratadas por Gómez Pérez en estas
inquietantes fotografías.
La
serie Objetos está más cercana «a las interrogantes del inconsciente y a lo
surreal de sus interpretaciones», como bien señala Auerbach en la catálogo que
acompaña la muestra. Sus procesos son cercanos al de la serie Botánica, en
cuanto Gómez Pérez encuentra el objeto desechado y lo retrata, magnificándolo,
indagándolo expresivamente. La ciudad es examinada en sus resquicios y grietas,
de donde salen estas imágenes cargadas de connotaciones. El fotógrafo rescata siempre
el desecho, incluso aquel más deleznable, como unos trozos de papel sin
sentido, que entonces compone dentro del recuadro fotográfico a modo de una
obra abstracta, como un niño que encuentra un motivo de juego incluso en lo más
precario, acaso rindiendo un callado homenaje a ese espacio interior del vivir
que lidia con lo perecedero. Un rincón donde se superponen cabillas, un tabaco
a medio consumir, unas tablas con algo trazado sobre ellas. A veces, su pesquisa
trastoca tanto la imagen del objeto encontrado, que dudamos al identificarlo, y
quedamos sumidos en la gracia de la fotografía que lo descubre como algo nuevo
para nosotros.
La
serie Urbe es fascinante porque involucra el espacio arquitectónico de la ciudad.
Aquí ese cierto intimismo de Gómez Pérez se expresa a través del retrato de ámbitos
que están allí, escondidos dentro de la maraña de concreto y vidrio de la urbe.
Se regodea en aquellos rincones que sólo la arquitectura de la ciudad puede
proporcionar, con sus líneas limpias, sus superficies acabadas. Contrasta las
rectas de los edificas cuyas alturas se intersectan con el cielo abierto del
trópico. En ciertas fotos, la atmósfera polucionada le proporciona una bruma
que se aviene muy bien con el talante interiorista de su propuesta. La luz del
entorno y las sombras de los interiores, las transparencias y yuxtaposiciones
de las ventanas, cobran protagonismo en esta serie en la que ciudad surge en su
oscuro esplendor.
Las
fotos reunidas en esta muestra hermosa y sorprendente son expresión de un modo
de mirar contemporáneo y profundamente urbano, en el que se revela una
sensibilidad particular, desencantada, acaso sórdida, que al mismo tiempo, se
muestra ávida de sentido.
Katherine
Chacón
© Katherine Chacón
* Este artículo reseña la exposición «Ricardo Gómez Pérez. Recorridos habituales» presentada en la Galería Beatriz Gil de Caracas, Venezuela, de junio a julio de 2015. Fue originalmente publicado en la revista Art Nexus, N° 99, diciembre 2015-febrero 2016, pp. 110-111.
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