15 de diciembre de 2015

Ricardo Gómez Pérez. Recorridos habituales*




Reseña de exposición
Recorridos habituales. Iphoneografías de Ricardo Gómez Pérez
Beatriz Gil Galería

Ricardo Gómez Pérez (Caracas, 1952) es un fotógrafo de amplia trayectoria. Como su formación tuvo lugar casi exclusivamente en Europa, sus trabajos se han mostrado principalmente en el viejo continente, con algunas exposiciones en Canadá, Perú y Venezuela. Por esta razón la exposición de su obra reciente fue una excelente oportunidad para reencontrarlo y re-conocer la potencia de su mirada, profundamente conocedora del poder revelador de la imagen fotográfica.

En esta oportunidad Gómez Pérez nos sorprende con un conjunto de fotos captadas haciendo uso de la cámara de su teléfono celular. Esta decisión de alejarse del aparataje profesional del fotógrafo experto es, en cierto modo, un reconocimiento de la popularización de la práctica fotográfica y de sus posibilidades, llegadas con la democratización de las nuevas tecnologías.




Lo interesante de la mirada de Gómez Pérez es que logra hacer de sus «recorridos habituales» por la ciudad, un registro de rincones, objetos y espacios inusitados. El artista convierte el abigarramiento citadino en imagen poética, gracias a la alquimia de su mirar, que no es otra cosa que la transformación de lo que capta en lo exterior en una imagen que expresa algo recóndito de sí mismo. En las fotos de Gómez Pérez el desecho visual potenciado por la dinámica consumista de la urbe, es vivificado; entonces surge el arte y, ¿por qué no decirlo?, la belleza, como flores en la basura, como vida y singularidad dentro del caos y la precariedad amenazante, en una ciudad que, como Caracas, vive al borde del abismo de la sinrazón.

La exposición contó con la curaduría de Ruth Auerbach y estuvo estructurada en tres series: Botánica, Objetos y Urbe.

La serie Botánica indaga, en cierto modo, en las imágenes vegetales de la ciudad. En este sentido, se aleja de lo bucólico y va a lo vegetal remanente: las flores secas que caen en la acera o se marchitan en una maceta pública, los desechos de bulbos que nos encontramos al caminar, espigas rotas que nos invitan a dibujar con sus líneas. Como bien lo señala Auerbach, hay algo de Karl Blossfeldt y Joan Foncuberta en este acercamiento puro y directo al vegetal como objeto, pero en Gómez Pérez persiste una mirada acuciosamente esteticista y doliente, que busca extraer la belleza escondida tras esta especie de muerte simbólica de la naturaleza. Una flor que fue hermosa y está marchita muestra su vetusta y olvidada belleza frente a un muro anodino, el centro radial de una palmera, un bulbo deslucido sobre el pavimento, una flor que se deshoja, son varias de las imágenes tratadas por Gómez Pérez en estas inquietantes fotografías.




La serie Objetos está más cercana «a las interrogantes del inconsciente y a lo surreal de sus interpretaciones», como bien señala Auerbach en la catálogo que acompaña la muestra. Sus procesos son cercanos al de la serie Botánica, en cuanto Gómez Pérez encuentra el objeto desechado y lo retrata, magnificándolo, indagándolo expresivamente. La ciudad es examinada en sus resquicios y grietas, de donde salen estas imágenes cargadas de connotaciones. El fotógrafo rescata siempre el desecho, incluso aquel más deleznable, como unos trozos de papel sin sentido, que entonces compone dentro del recuadro fotográfico a modo de una obra abstracta, como un niño que encuentra un motivo de juego incluso en lo más precario, acaso rindiendo un callado homenaje a ese espacio interior del vivir que lidia con lo perecedero. Un rincón donde se superponen cabillas, un tabaco a medio consumir, unas tablas con algo trazado sobre ellas. A veces, su pesquisa trastoca tanto la imagen del objeto encontrado, que dudamos al identificarlo, y quedamos sumidos en la gracia de la fotografía que lo descubre como algo nuevo para nosotros.




La serie Urbe es fascinante porque involucra el espacio arquitectónico de la ciudad. Aquí ese cierto intimismo de Gómez Pérez se expresa a través del retrato de ámbitos que están allí, escondidos dentro de la maraña de concreto y vidrio de la urbe. Se regodea en aquellos rincones que sólo la arquitectura de la ciudad puede proporcionar, con sus líneas limpias, sus superficies acabadas. Contrasta las rectas de los edificas cuyas alturas se intersectan con el cielo abierto del trópico. En ciertas fotos, la atmósfera polucionada le proporciona una bruma que se aviene muy bien con el talante interiorista de su propuesta. La luz del entorno y las sombras de los interiores, las transparencias y yuxtaposiciones de las ventanas, cobran protagonismo en esta serie en la que ciudad surge en su oscuro esplendor.

Las fotos reunidas en esta muestra hermosa y sorprendente son expresión de un modo de mirar contemporáneo y profundamente urbano, en el que se revela una sensibilidad particular, desencantada, acaso sórdida, que al mismo tiempo, se muestra ávida de sentido.


Katherine Chacón


© Katherine Chacón

Este artículo reseña la exposición «Ricardo Gómez Pérez. Recorridos habituales» presentada en la Galería Beatriz Gil de Caracas, Venezuela, de junio a julio de 2015. Fue originalmente publicado en la revista Art Nexus, N° 99, diciembre 2015-febrero 2016, pp. 110-111.

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