Sedicioso VI, 1993. Talla en madera, 113 x 120 x 27,5 cm. |
Hay dos aspectos
fundamentales en la otra de Gaudi Esté –el virtuosismo técnico de su talla en
madera y la inclinación temática a lo social– cuya afinación y, sobre todo, su
coherente interpenetración en el lenguaje de su obra actual, han contribuido a
que ésta alcance altos niveles de resolución plástica, fuerza expresiva y
temple personal.
Desde el punto de vista
temático, es innegable que la trayectoria de Gaudi Esté ha venido definiéndose
dentro una vertiente –ciertamente poco trabajada en el arte contemporáneo
venezolano– que podríamos relacionar con la crítica social. «Yo pienso que el
hombre es un ser oprimido por la sociedad, por el sistema, por la familia»[1] ha
apuntado la artista, develando, al tiempo, una particular noción de lo social
que involucra lo individual, lo más precariamente humano, en permanente
conflicto con las normas y modos del colectivo. Podríamos decir que para la
artista, algo íntimamente resguardado en el alma humana, se ve amenazado,
violentado por el irreflexivo comportamiento de la masa.
Pero si bien esta
noción se nutrió en un principio de lo referencial –recor-demos las «Gentes» de
su primera etapa, esos personajes cotidianos que en su corrección y uniformidad
nos recordaban aquellos burócratas kafkianos imbuidos en el sin sentido de la «maquinaria” social–, ha venido incorporando en un proceso abrupto de
profundización en estos contenidos temáticos, interesantes rasgos simbólicos y
emblemáticos. De esta manera su obra actual se aleja del comentario
exteriorizante, para dar acceso a imágenes de honda vinculación psíquica: algo
de bestiario, de icono medieval se halla en estos animales, cuyas figuras y
gestos resumen, en una afortunada síntesis, potencia y exquisito equilibrio de
formas, obviando, no obstante, cualquier afán preciosista. Pareciera que
estas obras fungen como constructos
simbólicos de un pensamiento colectivo, que en nuestro país adquiere, sobre
todo en los últimos años, un notable sentido transformador. El miedo, la rabia,
el empobrecimiento, la injusticia, la impotencia, pero también el humor y la
ironía, aparecen poblando el universo referencial de estas piezas.
Por otra parte es
interesante señalar la importancia que tiene el aspecto técnico en las obras
recientes de Gaudi Esté. Si antes habíamos admirado el perfecto acabado de sus
figuras, no dejaron de asombrarnos –a partir de 1992 cuando se hace merecedora
del Gran Premio en el XVII Salón Nacional de Arte Aragua pero, definitivamente, a partir de 1993– las violentas transformaciones que experimenta su trabajo en
cuanto a resolución técnica y calidad textural.
Ya
en 1983 la artista había dejado de trabajar en rolas para comenzar a armar
bloques de madera a partir de tablones prensados. Pero es recientemente cuando,
desarticulando el proceso mismo de la talla, empieza a crear «desnudando» las
piezas de sus «subterfugios decorativos». En un encomiable afán de
experimentación que no abandona sus raíces técnicas sino que se adentra en
ellas, la artista explota como recurso expresivo la calidad bruta del material,
la potencia estructural de las formas y la violencia casi gestual del proceso
de la talla. Superficies gruesamente desbastadas, rasgos «inacabados», texturas
ásperas, brutas, evidencia de los cortes y empates de madera, contribuyen a
conformar imágenes tensas, casi dramáticas, en las que –como en el alma del
venezolano actual– la angustia y el humor se hallan enlazados.
Si dentro de lo que he
venido identificando como nuestras «tradiciones escultóricas», la talla en
madera tiene un sitial relevante, estas piezas de Gaudi Esté –en las que en su
lenguaje emerge maduro y pleno de posibilidades– aparecerán en una futura
historia de esta técnica en nuestro país, como uno de los más coherentes
momentos en la renovación de esa tradición a partir de sus propios
fundamentos.
Katherine Chacón
El guerrero momificado, 1994. Talla en madera, 60 x 163 x 23,5 cm. |
Sedicioso VII, 1993. Talla en madera, 103 x 56 x 45 cm. |
Sin título (De la serie «Los sediciosos»), 1993. Talla en madera, 113 x 120 x 27,5 cm. |
* Texto publicado en: Gaudi Esté. Del pasado al presente, catálogo de la exposición homónima realizada en la Galería Freites, Caracas, septiembre de 1994, tríptico, ilust.
© Katherine Chacón
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