Reseña de exposición
Carlos Medina. «De lo material a lo esencial»
Galería Arte Ascaso
Carlos Medina (Barquisimeto, estado Lara, 1953) es uno de los escultores venezolanos que de manera persistente y con un desarrollo armónico, ha ejecutado una obra de referencia ineludible dentro de la historia de las artes plásticas del país. Por esta razón, la realización de una muestra de carácter retrospectivo de su ya dilatado trabajo es un acierto sustentado, por una parte, en la indiscutible calidad de sus piezas, y por la otra, en la necesidad de este tipo de estudios dentro de nuestro contexto, en el que las posibilidades de muestras de investigación y acopio histórico –propias de los museos– se han visto mermadas.
Doble cilindro cuadrado IV, 1991 Talla en mármol travertino romano y hierro |
La exposición fue curada por Bélgica Rodríguez y abarcó veintiséis años de producción. Su recorrido abre con el espectacular Cilindro infinito (1987-88) talla de 458 centímetros de altura representativa de un período en el que pueden entreverse la admiración del artista por Brancusi y por el universalismo constructivo. La determinante verticalidad de la pieza afirma sus vinculaciones totémicas que, sin embargo, han rehuido lo representativo para concentrarse en la simpleza del juego de las rectas y las curvas regulares. Algunas de estas soluciones formales, seguirán siendo trabajadas por Medina a principios de los años noventa, utilizando la talla directa en mármol travertino.
Gotas nazareno A y B, 1989-1999 Talla directa en madera |
Fragmento de lluvia, 1989 Talla directa en madera |
Las tensiones entre una organicidad contenida y una aspiración geométrica ha caracterizado la obra de este artista desde sus comienzos. En piezas como Fragmento de lluvia (1989) o Gotas nazareno (1989-1999) el artista se vale de la abstracción de esta forma natural, la gota, para sumergirse en el estudio de su dinámica volumétrica, jugando con sus características para comunicar peso, dirección, a través de la expresión franca de la materia, en este caso la madera en talla directa.
Círculo medio interno, 1984 Acero |
Hoja XXIV, 1997 Hierro |
De mediados de los años ’90 son piezas como Círculo medio interno o la serie de Hojas, realizadas en acero o hierro, en las que el escultor parte de formas simples que adquieren movimiento, por la inclusión de dobleces o perforaciones, como si el momento en que ocurre en ellas una transformación se hubiese detenido.
Varillas |
Esta aparente transformación de los volúmenes puede
ser atisbada como la irrupción del vacío en la materia, la inclusión de lo
inmaterial como un elemento expresivo que poco a poco va ganando espacio dentro
de la producción del artista, quien, siguiendo su formación dentro de lo
geométrico, comienza a crear, a principios de la década de 2000, obras de
carácter minimal. En la serie de Varillas,
el artista utiliza finas barras de bronce a manera de líneas, realizando
dibujos en el espacio. A veces coloca pequeñas esferas que interrumpen las
trayectorias de las finas barras, para crear puntos de tensión que dinamizan la
pieza. Estas obras se hallan como antecedentes a las que conforman la «Serie
Malevich» (2013), realizadas con finas varillas de acero inoxidable dobladas o
torcidas, que han sido colocadas sobre planos de mdf de color blanco. La yuxtaposición
del alambre sobre los planos, subraya el efecto dibujístico creado tanto por
las líneas de metal como por sus sombras.
Superficie negra LXXVI, 2011 MDF, PVC y pintura crovinílica |
Superficie blanca para 3 Cuadrado, 2013 MDF, PVC, pintura acrovinílica y varilla de acero |
En la serie de «Superficies», en las que el artista realiza
planos blancos sobre blancos o negros sobre negros que se pliegan en volutas,
se extreman las indagaciones que ya Medina había esbozado a finales de los
noventa en piezas de hierro o acero. Aquí, el uso del rotulado en mdf y pvc le
permite lograr la calidad sutil de un fino plano que se hace volumen porque se
ondula como una hoja de papel. La monocromía de estas piezas enfatiza el juego
volumétrico dado por las incidencias de las luces y las sombras en las
oquedades y curvas de los planos arqueados.
La obra reciente del escultor Carlos Medina –instalaciones a manera de penetrables en los que finos hilos de nylon son surcados por gotas o esferas de aluminio o acrílico, como Neutrinos o Fragmentos de lluvia–, es el resultado de su estudio consecuente sobre la geometría, de las formas perfectas y esenciales de la naturaleza, ya que la aproximación de Medina a la geometría nunca ha sido desapasionada sino que, por el contrario, ha tomado la vía de una revelación de lo simbólico o sensual que se halla escondido en las formas puras.
Neutrinos AA, 2013 Nylon y esferas de acrílico Foto: Renato Donzelli |
La obra reciente del escultor Carlos Medina –instalaciones a manera de penetrables en los que finos hilos de nylon son surcados por gotas o esferas de aluminio o acrílico, como Neutrinos o Fragmentos de lluvia–, es el resultado de su estudio consecuente sobre la geometría, de las formas perfectas y esenciales de la naturaleza, ya que la aproximación de Medina a la geometría nunca ha sido desapasionada sino que, por el contrario, ha tomado la vía de una revelación de lo simbólico o sensual que se halla escondido en las formas puras.
Fragmentos de lluvia AA, 2013 Nylon y aluminio Foto: Renato Donzelli |
Las
instalaciones penetrables sintetizan muchas de las preocupaciones de Medina en
cuanto a la organicidad de la geometría. En ellas se establece una relación más
directa, sensorial y lúdica con el espectador, potenciando los recursos
metafóricos que el artista siempre se ha preocupado por subrayar.
Katherine Chacón
* Este artículo reseña la exposición «Carlos Medina. De lo material a lo esencial» presentada en la Galería Arte Ascaso de Caracas, Venezuela, de junio a septiembre de 2013. Fue originalmente publicado en la revista Art Nexus, N° 91, diciembre-febrero 2014, pp. 115-116.
© Katherine Chacón
Simplemente espectacular!!!! me fascino..gracias.
ResponderEliminar¡Muchas gracias Mercedes por tu comentario tan motivante! Saludos
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