Paulo Castro Foto: Katherine Chacón |
Esta
investigación sobre las dinámicas espaciales que se activan en el plano del
lienzo —y que por lo tanto son de naturaleza eminentemente pictórica— ha ido de
la mano de una indagación sobre los
materiales y de la creación de técnicas que le han permitido ampliar y
profundizar la gramática de su propuesta. La persistente experimentación sobre
los materiales y sus propiedades de traducir la acción que en ellos ejercen dos
fuerzas opuestas, llevó a Castro a utilizar, en etapas tempranas de su trabajo,
bandas elásticas y fibras sintéticas para construir las tiras que cruzan la
superficie de sus lienzos y que son ya un elemento característico de su obra.
En busca de que la tensión plástica se correspondiera con una tensión real, que
activara una dinámica también física en sus piezas, el artista introduce en sus
trabajos recientes un material elaborado con fibra de vidrio recubierto con
plástico que garantiza la persistencia e incluso el reforzamiento de estas
tensiones concretas, tan necesarias para la consecución de sus objetivos
expresivos.
Este ha sido un
logro importante, ya que le ha permitido una total libertad cromática. La fibra
de vidrio recubierta de plástico es blanca (al contrario de otras, usadas
previamente, que se fabrican con colores estandarizados). A partir del blanco, Castro
puede desplegar sin ataduras su inmenso potencial como colorista. Y es que el
color es el eje central de su trabajo. Su intención es ofrecer un campo
cromático saturado y profundo, susceptible de ser visualmente «excavado», en
una especie de «arqueología pictórica». Lo logra superponiendo el lienzo sobre
una superficie de madera en la que se ha pintado previamente el esquema cromático
que tendrá la tela, creando un fondo que existe pero que no se ve, colmando de
esta manera subliminal la percepción que tenemos del color del plano.
El color, así
intensificado, se expande en tres dimensiones, ya que su intensidad afecta
también el espacio volumétrico. Las superposiciones de líneas de tensión parecen «atajar» estos campos y «amarrarlos» visualmente. Castro deja entrever pequeños
resquicios cromáticos entre el tejido que forman las líneas de fuerza,
subrayando esta dinámica de la que, al final, emerge un poderoso juego de
tensiones, en este caso acentuadas por la fuerza fundamental de los tonos
primarios en conjunción con las gamas neutras.
La obra de Paulo
Castro, siendo eminentemente abstracta no escapa, como él mismo lo ha señalado,
de vínculos con lo psicológico, lo social e incluso lo político. En un mundo
que se nos presenta cada vez más convulso e inseguro, acaso estas «tensiones
primarias» apunten también a manifestaciones esenciales de un psiquismo global
que se debate en innumerables preguntas, acosos, esperanzas, miedos,
desplazamientos y esfuerzos.
© Katherine Chacón
* Este texto fue realizado en ocasión de la exposición «Tensiones primarias. Paulo Castro»
realizada en Imago Art in Action (Coral Gables, Florida, USA), del 6 de abril al 30 de julio de 2017.
Hermoso texto teacher te felicito y felicito a mi gran amigo Paulo, un abrazo!!!!!!
ResponderEliminar¡Gracias por tu gentil comentario Fidel!
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